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los préstamos de favor. Solo se prestará a quien
                          tenga sobradas garantías. Se acabó la caridad.   Al día siguiente en su despacho del banco,
                          Si hay que embargar y desahuciar no le tembla-  nada más abrir, comenzó el desfile de peticio-
                          rá el pulso.                               narios. El primero, un industrial al borde de la
                                                                     quiebra. Invariablemente la respuesta fue ne-
                          - Pero señor  -consiguió articular el encogido   gativa. A media mañana se presentó una joven
                          subalterno- eso será la ruina para muchas per-  empresaria, Margarita, a quien se le había con-
                          sonas honradas, trabajadoras, que han confiado   cedido un préstamo hipotecario para iniciar una
                          en nuestro banco y que nos necesitan en estos   pequeña empresa. El negocio funcionaba bien,
                          momentos…                                  pero la crisis de la población y los impagos del
                                                                     gobierno a sus proveedores, habían hecho im-
                          - ¡Basta! No tengo que recordarle que un banco   posibles las amortizaciones. La chica intentó ob-
                          no tiene sentimientos, pero por si se le olvida,   tener una moratoria, una ampliación del tiempo
                          le diré que la continuidad en su puesto va a de-  de amortización, cualquier cosa para salir ade-
                          pender de su actitud. He visto su solicitud de va-  lante, pero la consigna resonaba en el cerebro
                          caciones, aproveche esos días para reflexionar   de Anselmo: “no es posible”. La muchacha se
                          y prepararse a actuar con mano dura. Le va en   marchó con lágrimas en los ojos viendo que to-
                          ello su futuro.                            das sus ilusiones se desmoronaban. El director
                                                                     tuvo que hacer un descanso y tomarse aquellas
                          Y sin más explicaciones le señaló la puerta con   pastillas que el médico le había recetado para
                          la punta del puro al tiempo que la ceniza regaba   los, cada vez mayores dolores de estómago.
                          el apretado chaleco.                       Casi acabando la jornada entró un joven quien,
                                                                     muy seguro de sí mismo, le explicó un proyecto
                          Cuando el atribulado bancario llegó a su casa,   de negocio para el que necesitaba un crédito.
                          pálido y desencajado, su mujer le creyó enfermo.  El  tema parecía dominarlo y  era una inversión
                                                                     pequeña.  Confiaba  en  sus  posibilidades  para
                          - Ahora mismo te coges la baja por enfermedad.   triunfar y poder casarse. Juan, que así se llama-
                          Trabajas demasiado.                        ba, contaba también con ayudar a sus ancianos
                                                                     padres. Una vez más la respuesta fue negativa
                          - Que no es eso mujer -Y le contó la entrevista.  y el muchacho, abatido, abandonó la sucursal,
                                                                     no sin antes dedicar unos cuantos “piropos” al
                          - ¡Pero tú no puedes dejar en la estacada a tanta   sistema bancario…
                          gente que ha confiado en ti!
                                                                     Un empujón le devolvió a la realidad: eran los
                          - Pues ya verás que hacemos. Con los chicos en   últimos en desembarcar del avión. Los trámites
                          la universidad y la casita de campo que hemos   aduaneros fueron rápidos  y pronto estuvieron
                          comprado, si me quedo sin trabajo tendremos   instalados en un confortable hotel del tranquilo
                          que renunciar a todo. Nos quedan unos días   barrio de Miraflores en la capital peruana. Tras
                          hasta las vacaciones. Al volver, trataré de seguir   una ligera cena trataron de dormir ayudados por
                          las instrucciones que me ha dado el Sr. director   un somnífero para compensar el desfase hora-
                          territorial.                               rio, pues muy temprano tenían que tomar otro

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