Page 290 - alborada59
P. 290

corporar. Pero doler, me duele todo, hasta las   Estaba solo un día en casa cuando escuchó
                           ideas. Todo el cuerpo magullado y arañado…   claramente una pisadas en el pasillo, y sobre-
                           siento el dulzor de la sangre entrar a mi boca   saltado salió para ver quien había. Nadie en-
                           por la comisura de mis labios y al tocarme la   contró. Pensó que estaba obsesionado y tam-
                           cara mis manos se ensangrientan. Ha sido un   bién concluyó que la caída en Cumbre Alta le
                           golpe de muerte y lo cierto es que he nacido.  había cambiado la vida.

                           Sus amigos habían bajado hasta donde se en-  Ya habían pasado varios meses y estaba com-
                           contraba y le estaban ayudando a sentarse y   pletamente restablecido de sus heridas… tan
                           cosiendo a preguntas. Se serenó poco a poco   solo quedaban aquellas pesadillas y obsesio-
                           y pidió un poco de agua para mojar su boca   nes de que alguien le seguía constantemen-
                           seca. Lavaron sus heridas. En unos minutos,   te… Y le quedaba el miedo, un miedo univer-
                           logró ponerse en pie y comprobó que estaba   sal.
                           bien, pero que seguía teniendo un gran miedo
                           por todo lo sucedido. Los compañeros carga-  Sus entrañables colegas de la montaña lo es-
                           ron su mochila y poco a poco comenzaron el   taban comprometiendo para retomar las sali-
                           descenso de la montaña; convenía ir al hospi-  das al monte; todos estaban convencidos de
                           tal para un chequeo general, reducir el brazo   que la montaña le ayudaría a recuperarse fí-
                           claramente dislocado por el hombro y curar   sica y anímicamente. Finalmente, se decidió a
                           las múltiples heridas. Afortunadamente aun-  acompañarles y volver a sentir las sensaciones
                           que dolorido podía caminar, aunque muy, muy   que la montaña le deparaba y que le hacían
                           despacio…                                 sentirse tan bien. Esa primera salida fue una
                                                                     bonita excursión que deparó un abundante al-
                           Muy despacio estaban restañando las heridas,   muerzo; el objetivo no fue muy importante pues
                           el hombro dislocado, las costillas contusio-  físicamente estaba totalmente fuera de tono.
                           nadas, varios puntos en su frente, pero todo   Siguieron los fines de semana con las salidas a
                           iba volviendo poco a poco a la normalidad,   la mañana con total placidez, aunque cuando
                           aunque no conseguía olvidar su gran miedo y   se quedaba solo alguna vez creyó sentir unas
                           dormía muy desinquieto. Tenía múltiples pesa-  pisadas de alguien que se le acercaba: nadie
                           dillas y en ellas siempre se despertaba cuando   nunca apareció. El miedo había desaparecido,
                           escuchaba a sus espaldas unas pisadas que   pero no aquella rara obsesión.
                           rápidamente acercaban a alguien, alguien que
                           nunca llegaba.                            Comenzaron a subir la dificultad de las ascen-
                                                                     siones, y él solo pedía no volver a Cumbre Alta.
                           Esas pesadillas le alteraban el ánimo y el hu-  Con las dificultades llegó un día la necesidad
                           mor; su familia y amigos le decían que se se-  de apoyarse en un vivac para conseguir el ob-
                           renase,  que había  cambiado  su  actitud  para   jetivo y sintió una gran alegría al cargar su mo-
                           ellos, que siempre se encontraba arisco, en   chila, con su saco, su colchoneta… los objetos
                           defensa y receloso, que ya no era el hombre   que en su caída habían amortiguado el golpe
                           afable y cordial de siempre. Era un hombre con   quedando solo en un gran susto, restañadas
                           miedo y huraño, sin  ánimo y siempre crítico  las heridas y lesiones… y sus obsesiones.














          290  alborada 2016 //
   285   286   287   288   289   290   291   292   293   294   295