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De igual modo, la crónica del deve-
nir de nuestros pueblos, de los acon-
tecimientos diarios que, en ocasiones
se precipitan de forma trepidante y
abundante, queda perfectamente re-
cogida por los medios de comunica-
ción. Los periodistas con su trabajo,
plasmado bien en soporte papel bien a
través de la web, se han convertidos en
los verdaderos cronistas del día a día
de nuestras ciudades, poniendo a dis-
posición del gran público una brutal
cantidad de información política, so-
cial, económica y cultural que, además,
está disponible las 24 horas del día.
Por tanto, si archiveros y bibliote-
carios custodian los “papeles viejos”,
los investigadores exprimen la infor-
mación documental aneja con meto-
dología y disciplina académica y los
periodistas realizan la crónica diaria,
¿qué hacemos los cronistas?, ¿debe-
mos competir con ellos?, ¿cuál es el
papel del cronista en el siglo XXI? In-
terrogantes que, como te comentaba
al principio de esta misiva, me llega-
ron a angustiar inicialmente.
Como dicen que el tiempo pone
las cosas en su sitio, pues eso me
va pasando a mí, y poco a poco voy
encontrando razón de ser al car-
go de cronista, mas allá de la fi gura
protocolaria que en el cargo honorí-
fi co municipal nos confi eren los re-
glamentos de honores de cada uno Portada del periódico Dahellos, correspondiente al número trece de 1952
de los ayuntamientos. Si bien pode-
mos y debemos investigar, pues es fundamental en el siglo XXI. Siglo de ción, a la difusión de sus escritos y al
labor consustancial a la naturaleza la información y de la comunicación. cumplimiento de unos horarios labo-
de nuestro cargo; también es verdad Pero he aquí que ante estos prin- rales a cambio de una remuneración
que un cronista siempre ha de estar cipios se nos presenta una paradoja. económica, descuiden en gran medi-
preocupado por trasmitir la historia Si bien estamos en la sociedad más da la faceta divulgadora, impidiendo
de su municipio. Y con la historia, informada que jamás ha habido en que el conocimiento generado llegue
debemos trasmitir todos aquellos toda la historia de la Humanidad; la al gran público.
aspectos que integran la cultura de historia, la cultura o el patrimonio Es, precisamente, en este sentido,
un pueblo a través de escritos, char- local son aspectos peor conocidos donde la fi gura del cronista debe ju-
las o conferencias u otros medios. Es que antes. En ocasiones, y no sé por gar un importante papel en nuestra
decir, investigación y difusión cons- qué, detecto hasta desinformación, e sociedad. Pero que te voy a contar a ti
tituyen los pilares fundamentales de incluso posverdad, en algunos casos. que, salvando la distancia de los años
la labor de un cronista. A estas “co- La profesionalización de labores, y los medios, tú no hicieras tanto con
lumnas de Hércules” yo añadiría la como antes te he comentado, asumi- aquella épica revista Dahellos o sema-
divulgación, como tercer elemento das anteriormente por los cronistas, nalmente con el Valle de Elda duran-
fundamental en nuestros días y en el ha hecho que funcionarios e investi- te casi medio siglo. Pues lo dicho, y
cual debe encontrar su razón de ser gadores, muy atentos a la investiga- siguiendo tus pasos, pero con otras
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