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MISCELÁNEA Y COSTUMBRISMO































                                                  Vestido de Embajador Cristiano con el tra-
              José Albert en sus comienzos        je con el que representaba las funciones
              (años cincuenta)                    infantiles (1957)                   Foto de estudio tomado en Canarias (1960)

              Galán sin equipaje                  tos cuando se hacia  tournée se lle-  el que me hice un cucurucho, claro
              El arranque de Albert no pudo ser   vaba repertorio y por eso se porta-  que luego me provocaron un cólico.
              mejor. En poco tiempo le contrata-  ban grandes baúles, para vestir esas   Cuando estaba parao, por la noche
              ron, se fue a Madrid y le dieron el   obras”.                           íbamos al Café Gijón, lugar en el que
              papel principal, aunque la necesidad   La estrechez marcó sus primeros   se reunían todos los empresarios y el
              pronto haría también su entrada en   pasos. Cobraba 40 pesetas en Ma-   jefe de los camareros me decía -Al-
              escena. “Al poco de estar ensayan-  drid y 50 en provincia. Le cobraban   bert, que esta noche buscan galán-”.
              do, Doña Aurora (Aurora Redondo)    25 pesetas de pensión y las 15 res-    El papel de galán le llegaría más
              nos dio la lista de la ropa que tenía-  tantes las ahorraba para comprar el   tarde. “En Valencia D. Vale no tenía
              mos que llevar, ya que entonces el   baúl y la ropa. “Pasé tanta hambre   papel para mí pero me pasé al Esla-
              equipaje lo ponía el actor. Me puso   que un día entré de noche a la coci-  va, en el que estaban haciendo obras
              una serie de prendas que yo no te-  na buscando algo de comer y vi un   policiales. La primera actriz era
              nía, ni conocía a nadie en Madrid a   lebrillo con garbanzos a remojo con   Doña Eugenia Zuff oli, madre del ac-
              quien dirigirme. Un día D. Vale me
              dijo que si me pasaba algo, ya que
              cada día estaba más frío en la obra.
              Entonces le expliqué lo que me ocu-
              rría”. La respuesta del director fue la
              siguiente. “A usted cómo se le ocurre
              contratarse en una compañía de esta
              categoría sin equipaje” El resultado
              fue que contrataron a otro galán y
              José Albert quedó relegado, inter-
              pretando un pequeño papel “casi por
              lástima”. La falta de medios le impi-
              dió por tanto optar a aquello que por
              condiciones se había ganado; arran-
              car de primera fi gura.
                 “El sueldo que tenía en aquellos
              años en Madrid era muy bajo, pero
              aproveché para comprar el baúl y
              alguna prenda. En aquellos momen-   Grupo de teatro en el portátil en Canarias (1960)

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