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debía de tratarse de pelota valenciana, argolla y al convento. En cambio, las demás predicacio-
bolos. Tenía prohibido el estudiantado represen- nes se debían dividir en dos partes iguales, una
tar comedias bajo el pretexto de que perdían el para el convento y otra para la provincia.
tiempo memorizando el texto y ensayando, ade-
más de que se inquietaban buscando ropa o la La convivencia en el convento
pedían prestada a seglares lo que, a ojos de los
superiores, no era un buen ejemplo. Lo mismo En los conventos no podía haber muchachos
era de aplicación para las monjas. En realidad, ni estudiantes seglares para enseñarles a leer,
aunque se justifique con razones de aprovecha- ni Gramática, ni a cantar, ni para servir en las
miento, no deja de ser una manifestación más misas. Situación que cambió en los años fina-
de la inveterada aversión de la Iglesia por las les del convento eldense, puesto que Lamberto
representaciones dramáticas que, en la diócesis Amat cuenta que recibió clases de los padres
de Orihuela, se llegaron a prohibir por el obispo franciscanos en el aula de Gramática situada en
Tormo. la planta baja de la casa, entre los dos patios,
Tampoco estaba permitida la entrada de muje-
Huéspedes res en la clausura y si algún fraile las introdujera
sería suspendido de voz activa y pasiva hasta
En todos los conventos debía haber una hospe- el siguiente capítulo y desterrado por años del
dería proporcional en su alojamiento a la capa- convento. En el caso de que lo hiciera un corista
cidad del convento. Los huéspedes religiosos o un lego llevaría la chía (manto negro) de los
eran acogidos con caridad “lavandoles los pies, novicios. El delito se agravaba si el ingreso de
como loablemente dispone la Reforma”; debían la mujer se debía a la intención del religioso de
venir con la bendición del padre provincial y lue- “conocerla carnalmente”, penado con seis años
go recibir la del guardián. Cuando se marcharan de cárcel la primera vez, 12 la siguiente y con
debían recibir, igualmente, la bendición y el pa- galeras perpetuas la tercera.
recer del guardián, sin mediar el provincial.
Las agresiones en grado de tentativa, como le-
Predicadores vantar la mano o sacar un cuchillo con intención
de herir a otro religioso, se castigaría con pena
En cada casa franciscana habría un predicador de cárcel y seis meses de suspensión de actos
conventual, salvo en las más numerosas como legítimos. Si las amenazas físicas fueran dirigi-
la de San Francisco y Santa María de Jesús, de das contra el guardián, la sanción se elevaba a
Valencia, y en la de Játiva, donde podía haber tres años de cárcel e inhabilitación perpetua. Si
2 ó 3. El predicador disponía de 8 días, habilita- de la intentona se pasaba a las manos violentas
dos por el guardián, para prepararse un sermón, el fraile responsable sería excomulgado; si la
pero si no llegaba a pronunciarlo, era castigado agresión tenía como resultado la muerte de otro
con un mes sin salir del convento. religioso, el homicida sería condenado a galeras
perpetuas.
Los predicadores de la Cuaresma fuera del con-
vento tenían absolutamente prohibido comer La tenencia de armas por los frailes estaba ab-
carne “por evitar el escandalo que dello reciben solutamente prohibida. Quienes portaren cuchi-
los seglares”. La prohibición se extendía tam- llos de dimensiones superiores a los de mesa
bién a las demás prédicas repartidas a lo largo o “qualquier arma ofensiva” serían sancionados
del año que coincidieran con días de ayuno. son seis meses de cárcel. Si se tratara de armas
de fuego, de las que en Valencia tenían pena ca-
La limosna obtenida por la predicación de la pital, la condena sería de tres años en galeras.
Cuaresma, a cargo de predicadores conventua- En caso de encontrar armas prohibidas en una
les o guardianes, se consideraba perteneciente celda, el religioso que la habitase sería apartado
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