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coristas, si no era con licencia del capítulo o mi- lación era necesaria para “aparejar sus coraço-
nistro general de los franciscanos, previo juicio nes” y una vez en el coro no causarían ruidos,
de idoneidad a cargo de los discretos. ni harían gestos vanos o impertinentes “conser-
vando paz, guarden honesta gravedad, para que
Los coristas (o choristas), es decir, los religio- con devida atencion canten, y oren, y perseveren
sos que asistían y cantaban en el coro antes de unanimes hasta el fin”.
ser sacerdotes, debían decir sus culpas en el
refectorio de la comunidad diariamente a la hora Con carácter general, se manda la celebración
de la comida. En todos los conventos de la pro- canónica de maitines a medianoche en todos
vincia había un maestro de coristas “modesto, los conventos valencianos con las siguientes
y anciano”, elegido por el padre provincial, que excepciones:
era al mismo tiempo su confesor y encargado - Los de Sueca, Mogente, Chiva y Castellón de
de darles la bendición cada noche. El corista no la Plana debido a enfermedades que se sufren
podía salir solo del convento y siempre tenía que en ellos “por levantarse los Religiosos a media
ir acompañado de uno de los padres “graves, noche”.
antiguos y exemplares”. Del mismo modo, los le- - En el de Játiva no se dirían a las 12 de la noche,
gos tenían su maestro y confesor y no se podían desde mayo a septiembre, por las enfermeda-
confesar con otro fraile, salvo licencia expresa. des derivadas de la cosecha de arroz (paludis-
Otro tanto ocurría con los donados aunque con mo, tifus...)
unas condiciones un tanto más suavizadas: el - En los de Morella, Manzanera, Castellfabib y
guardián les debía señalar un maestro para su Agres tampoco se dirían a la hora establecida
educación espiritual que era, al mismo tiempo, “por lo riguroso de los Inviernos”.
confesor y encargado de su bendición nocturna.
En todos los demás, se dispone que no se di-
Donados, legos, coristas y novicios tenían obli- gan maitines por la tarde, con la excepción de
gación de comulgar todos los sábados en la la solemnidad de algunas festividades, devocio-
misa de Conceptione y entre semana si hubiese nes de cofradías o fiestas locales, cuando los
alguna fiesta solemne. cambios quedaban al “arbritrio prudente” de los
guardianes. En todo caso, cuando no se dijeran
Los coristas que iban a tomar las órdenes ma- maitines a su hora, se tocaría la campana “para
yores debían ser examinados por el padre exemplo del pueblo”.
guardián y los discretos del convento para te-
ner constancia de sus conocimientos, virtudes y Los oficios divinos se realizarían conforme al
buen ejemplo, pasando testimonio al provincial, misal y breviario salidos del Concilio de Trento,
quien, en definitiva, tenía que expedir la corres- según las determinaciones de Clemente VIII, en
pondiente licencia por escrito con el sello de su versión romance si fuera necesario para mayor
cargo. Además, debían someterse a la votación comodidad y rigor de las ceremonias. Las misas
de la comunidad, para certificar sus costum- se oficiarían con vino blanco y dos luces de cera
bres, mediante habas negras y blancas, siendo que el padre guardián facilitaría al sacristán, sin
necesaria la obtención del voto favorable de dos permitir que se pusieran luces de aceite o sebo.
tercios de los presentes. En cualquier caso, nin- Se autoriza, en cambio, una tercera vela en las
gún corista podía ser ordenado sacerdote con misas mayores, desde la consagración hasta la
menos de 25 años de edad y cinco de hábito. comunión. Los sacerdotes y predicadores se
organizarían los cultos por semanas (hebdoma-
Oficios divinos darios), distinguiéndose entre ellos diáconos y
subdiáconos, según el tiempo que llevase en la
Todos los miembros del coro debían presentar- orden.
se en él antes del segundo toque de campana,
para no incurrir en culpa, seguida de disciplina Al término de las comidas en el refectorio, antes
y penitencia a decisión del guardián. Esta ante- de levantarse de la mesa, y demás actos comu-
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