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alborada
Los juegos de azar y su
prohibición en el condado
de Elda, siglo XVI
Miguel Ángel Guill Ortega
«Alea jacta est»
*”el dado fue echado” o “la suerte está echada”.
Expresión atribuida por Suetonio a Julio César.
xiste una crida o pregón con- las ludopatías y confl ictos por las rrandez “lloc t[inent] de procurador
servado en el Archivo Histó- apuestas en el juego que motivaban y batlle de la vila y contat de Elda” y
rico Municipal de Elda (AME) numerosas trampas movieron a la fue escrito en mayo de 1598. El docu-
y fi rmado en Valencia el 10 de monarquía a su prohibición para evi- mento, de cinco hojas en valenciano,
septiembre de 1603 por el ar- tar confl ictos. Pero también se con- concierne a varios temas y el segun-
Ezobispo y virrey de Valencia, serva una prohibición local anterior, do que aborda es la prohibición del
Patriarca Ribera, prohibiendo el jue- de 1598, en el AME de un gran inte- juego. Gonzalo Ferrandez prohibía el
go en todo el reino de Valencia. Este rés al respecto pues es estrictamente juego continuando la línea de otros
fue pregonado en Elda el 10 de octu- para el condado y menciona los jue- pregones ya leídos. Advertía que es-
bre por el ministro o sajonis publico gos prohibidos. taba prohibido para todos los esta-
Martín de Gerony y exactamente un Esta prohibición se encuentra en mentos sociales y no se podían jugar
mes mas tarde ese mismo funciona- una crida o pregón de Gonzalo Fe- ni públicamente ni en secreto. En el
rio local lo leyó en el lugar de Sali-
nas. Curiosamente en Petrel se leyó
el mismo día que en Elda pero fue el
trompeta de la ciudad de Orihuela
Frances Jabiz. Muy probablemente
este funcionario fue el encargado de
traer al condado la crida o pregón
publico desde la capital de la gober-
nación y ante la falta, momentánea,
de un pregonero en Petrel lo leyó. El
documento es genérico y se aplica a
todo el reino de Valencia, por lo tan-
to no da muchos datos para entender
la cuestión del juego en el condado.
Sin embargo no fue la única prohi-
bición sobre esta cuestión y ya antes
se había pregonado contra los juegos
de azar. De hecho ya Felipe II había
prohibido los dados en una pragmá-
tica real en 1587 . La cuestión es que
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