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más elevado aunque, tal vez por estar en el ADN se llama el paso de la araña, de donde solo cabe
de la condición humana, nunca pudo acabar con como solución la salida por la cumbre ya que el
los pretenciosos o mal informados y por ello, muy regreso no es posible. Y esto es lo que le ocurre al
pocos entendieron sus alabanzas hacia el Club C.E.E. con el proyecto de la Ciudad Deportiva: se
Alpino Eldense que, cuando todos le suponían su encuentra en el paso de la araña y no es posible
rival estaba siendo nombrado socio de Honor del retroceder, ha de salir por la cumbre”.
joven club y presidente de Honor de Cuentamon-
tes, entidades plenamente decantadas por las Daniel acostumbraba a citar ejemplos que tenían
convicciones universales que siempre defendió que ver con el mundo de la montaña, como el que
Daniel, sin que esto mermase nunca su amor ha- acabamos de leer, y son a la vez buena mues-
cia el Centro Excursionista Eldense. tra de su férrea voluntad de luchar, cueste lo que
cueste, seña de identidad de un montañero, y no
En el deporte me refiero especialmente a lo económico, pese
a las astronómicas cifras que, en aquel enton-
Es cierto que la Ciudad Deportiva surgió casi por ces nos parecían millonarias y hoy son insignifi-
casualidad. Tomo las palabras de Daniel para cantes para la obra finalmente realizada. Y todo
mejor reflejar aquellos momentos: ello mediante un plan que estando perfectamente
calculado, hasta la última peseta, parecía imposi-
“… Era una noche del mes de septiembre de 1967. ble que pudiera conseguirse por la gran suma de
Antonio Antón Martínez y Alberto Beltrán Sempere esfuerzos individuales que se necesitaban para
calentaban motores. El primero, artífice de El Lido llevarlo a buen fin ya que afectaban a una masa
y luego de la explotación de las balsas del Peter de población extraordinaria tal y como lo explicó
Rives, al cesar en ello, por entrega de El Lido a en presidente en su primer libro Memorias de un
sus propietarios para urbanización, y el segundo, presidente, donde no dudó en calificarlo como “el
embarcado en un pleito en el juzgado; conciben cuento de la lechera”:
la idea de adquirir unos terrenos y construir una
piscina”; “…Celebramos reuniones en las que la “Se empezó con 400 socios y son, a los diez años,
temperatura se eleva, analizamos, por activa y por 7.200 y unos 14.000 beneficiarios los que pueden
pasiva, las posibilidades, sobre todo la necesidad hacer uso de las instalaciones.”
que de ello tiene nuestra ciudad, y ampliamos la
idea a una Ciudad Deportiva con toda clase de Nuestro hombre, siempre presumió de haber con-
instalaciones”. tado con un gran equipo de siete magníficos di-
rectivos a los que elogió en todo tiempo y lugar
“No es misión nuestra. Es de las autoridades, pero definiéndolos uno a uno, extensa y magistralmen-
alguien ha de hacerlo, y aliviar, en lo posible, a una te, en el libro antes mencionado. Eran gentes a
juventud necesitada de ello, y abocada a situacio- las que la montaña había unido y como ocurre en
nes conflictivas inspiradas en sus posibilidades este ambiente, nunca se tienen en cuenta condi-
económicas y deficiente formación cultural”. ciones sociales ni económicas, sino la valía huma-
na y personal. El pequeño párrafo que sigue, de-
Para comprender el fenómeno que supuso la eje- dicado a uno de ellos, deja traslucir en los textos
cución de semejante obra hemos de trasladarnos de Daniel, la clase de cualidades que, en general,
a la década de los años sesenta del pasado si- sobresalían en el grupo:
glo y a la situación de nuestra ciudad. El cómo
lo hizo posible, está todavía por analizar concien- Alberto Beltrán Sempere, comerciante, afilador en
zudamente y seguro que será objeto de estudio- su origen, pero un consejo médico, ante una in-
sos, pero por razones de coincidencia me uno a fección que padeció, le hizo cambiar de oficio,
su teoría explicativa y tomo de nuevo sus propias abriendo una ferretería que llegó a ser la más
palabras: importante de la ciudad. Y viene bien aquella
anécdota, o cuentecillo de Hemingway, de aquel
“…La empresa ha iniciado su marcha y no cabe re- sacristán analfabeto, que el obispo, en una visita,
tirada.”; “…esta pared Norte del Eiger (se refiere a al enterarse, lo despidió; abrió un puesto de ven-
una difícil escalada en el Oberland Bernes suizo), ta de caramelos en una calle de mucho tránsito
es extremadamente difícil, y en su escalada, que infantil, en el que triunfó, y pronto consolidó una
suele durar varios días, se llega a un punto, que cadena de establecimientos. Fue entonces cuan-
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