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Exposición de fotografía en la Sagrada Familia. Manga del Mar Menor -1980.
sorprender a todos con sus pinturas su etapa de almacenista en la fábrica Intento recordar, recorriendo con
acrílicas. de zapatos, la reveló una excelente el pensamiento rincones de la suya
Era frecuente verla, lienzo en la decoradora de figuras de escayola o y de nuestras casas y, me asombra,
mano, en busca del passepartout y el alabastro. Su ajedrez, los nacimien- lo que pudo hacer en casi cinco dé-
marco adecuados y algunas mañanas tos que nos regalaba y el resto de sus cadas: si hasta trabajó el vidrio y la
de sábado, la acompañaba a encon- piezas de esa época, para nosotros, madera.
trarlo. En esos ratos, era normal que son tesoros. También estudió francés y, gra-
habláramos de estilos, procesos, o Quizás por el mismo motivo, la cias a Las Aulas, todas las semanas
resultados. Y de como, tal vez, por su excelencia, de la época de las manua- hasta los 82 cultivó mente y cuerpo
pincelada ser, de tendencia, corta y lidades, siempre admiraré unos cua- haciendo yoga con Rosario, que fue-
pulcra, le llamaba la atención el trazo dros que hacía recortando capas de ra allí su maestra.
suelto y valiente de su amiga Ribe- papel que creaban volumen una vez Las tablas, no las pisó. Pero Ber-
lles que, en el tiempo de pintar ella pegadas; aquellos repujados de esta- ta, que era una persona de costum-
tres cuadros, podía perfectamente ño, de corte geométrico; sus delica- bres, en cada espectáculo, procuraba
acabar, siete. dos trabajos de flores de porcelana, llegar con tiempo para sentarse a la
Esa minuciosidad con el pincel, la decoración de los jarrones orienta- izquierda en la fila 3 del patio de bu-
que qué duda cabe, había forjado en les y sus esmaltes de abuelitas. tacas. Me dicen que Manolita Payá,
que presentaba las obras, se lo guar-
daba colocando en el respaldo su re-
beca, tal vez cuando los años ralenti-
zaran sus pasos.
Las Aulas la hicieron feliz. Cada
clase con amigas y amigos, cada viaje,
cada exposición y comida, cada fiesta
de fin de curso consiguieron que tras
su momento más duro emergiera
una vida plena.
Gracias, Parra. Gracias, Ana
Vera, Mari Carmen Orgilés, Con-
cha Maestre, Mari Carmen Aguado
y Ana Ferrando. Gracias también a
Milagros Maestre y a todos los pre- DOSSIER
sidentes. Gracias en vuestro nombre
a todos y cada uno de los que, con
Final de curso 1979/80, mayo de 1980. ella habéis sido, sois y seréis Aulas.
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