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DOSSIER
un exabrupto no citable en estas pá- he podido contrastar con los descen-
ginas, sorprendiendo e inquietando dientes. Queda aquí como un retazo
el gesto de D. Alberto. Me mira con más de aquella mágica conversación.
emoción contenida y se da cuenta de Obviamente no solo disfruté del
que algo bueno ha pasado. Le explico conocimiento de la historia de Elda
muy nervioso que la noticia ha apa- durante aquella productiva tarde
recido en el número 143 de IDELLA sino que en varias ocasiones tuve la
del 15 de Diciembre de 1928: “Hon- oportunidad de gozar de su amistad
rosa Distinción”. La noticia informa- y espíritu de colaboración, sobre
ba del nombramiento de Cónsul de todo cuando me ilustraba con algu-
Venezuela en Alicante por el gobier- nas conversaciones respecto a sus
no de Venezuela a Jose Antonio Cár- “eldenses notables”. Incluso recuerdo
denas Varela. Nos alegramos los dos su inquietud cuando escudriñaba en
del hallazgo y casi podemos contener su Historia de Elda, que años atrás
la emoción. Ahora ya sabíamos que había publicado la Caja de Ahorros
Elda tenía un consejero fundador del Provincial de Alicante, pretendien-
Banco de Elda y Cónsul de Venezuela do encontrar solícitamente algún
además de ser también administra- dato sobre determinado hecho rele-
dor y hombre de confi anza de otra vante en el siglo XX y que yo mismo
personalidad también muy conocida le había pedido previamente. Con
en Elda, sobre todo en el ámbito za- estos recuerdos ahora ya conocidos
patero de aquellos años, llegando a por todos aquellos que puedan ha-
tener un local en la calle Fermín y Ga- Reseña publicada en Idella ber leído estas impresiones mías,
lán, 31. Se llamaba Gustav Schulme- sí quisiera pensar que para mí per-
rich Schneider, natural de Frankfurt de máquinas de calzado G. Schulme- sonalmente fue una honrosa dis-
y comerciante de maquinaria y artí- rich. Al hilo de este dato sobre la es- tinción que D. Alberto Navarro hu-
culos para el calzado. Cárdenas era posa de Cárdenas-Valerie-, recuerdo biera compartido mi felicidad en el
un hombre cosmopolita, había resi- que Alberto comentó de manera es- hallazgo durante aquella tarde fría y
dido en Suiza durante un largo tiem- pontánea que a su mujer Asunción, oscura de invierno de hace ya algu-
po y era un gran experto en idiomas. cuando era muy niña, le solían llamar nos años.
Averiguamos también que su esposa cariñosamente “Valy”, recordaba Al-
Valeria Grieder fue asimismo Dama berto que quizá fuera por la vecin-
de Honor de la Cruz Roja de Elda allá dad que parece ser mantuvieron con NOTA:
por 1928. Intuimos que por esta ra- el matrimonio Cárdenas Grieder, su (1) Con motivo de la preparación
zón colaboró muy estrechamente en hija Bertita había nacido aquí en Ali- de estos recuerdos, tuve la
la gestión administrativa del negocio cante en 1932. Una anécdota que no oportunidad de releer aquel
trabajo publicado en Alborada
en su número 32 del año 1985.
Dicho artículo llevaba por títu-
lo “El semanario IDELLA, cima
periodística de la Elda de an-
teguerra”, fi rmado por Alberto
Navarro Pastor. Es un magnífi co
recorrido por la microhistoria de
Idella, explicando los entresijos
y avatares que padeció el ilustre
periódico. Recomiendo su lectu-
ra para todos aquellos eldenses
que amen la historia de su pue-
blo. Este “bosquejo” está publi-
cado en Idella y, como él mismo
decía, todos ellos eran verdade-
Valerie Grieder y su hija Bertita ramente pintorescos.
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