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alborada  Patronos me la contó mi abuela An-
          tonia. Caigo entonces en la cuenta
          de la gran labor que desempeñan los
          abuelos y abuelas como transmisores
          de la tradición en todas las culturas.
            A los abuelos, entre otras muchas
          razones, hay que hacerles un monu-
          mento por la ayuda que nos prestan
          cuidando de sus nietos. En uno de
          los tantos momentos que estáis con
          los pequeños, contadles la historia
          de los Santos Patronos de la ciudad.
            Los padres sobrevivimos a duras
          penas al día a día con trabajos cada
          vez más exigentes y estresantes.
          Pero podemos aprovechar estos días
          de  fiesta,  epílogo  del  verano,  para
          correr la traca con nuestros hijos,
          una emocionante experiencia que he   mentos de fiesta, de celebración en   los jóvenes que aún no han encon-
          vivido con mi marido Ramón y mis    familia al calor de unas buenas “fa-  trado una oportunidad; los ancia-
          hijos Miguel y Pablo.               siuras”, o tomando un “mezclaíco”   nos, en su mayoría mujeres, muchas
                                              con los amigos.                     de las cuales me han hecho llegar el
            Los Santos Patronos nos ofrecen                                       cariño que sienten por sus patronos
          su mano para dar un paseo por el in-  El Cristo agonizante del Buen Su-  y su imposibilidad de estar hoy aquí.
          terior de nosotros mismos. Nos invi-  ceso nos dice otras cosas. Tan mal-  Por ello les dedico este pregón.
          tan a mantener un diálogo y contar-  trecho y desnudo por nuestras calles,   Cuidemos de nuestros ancianos.
          les nuestras preocupaciones, nues-  en la procesión, parece querer tocar-  Cuidemos también de las mujeres
          tras ilusiones, nuestros deseos… Nos   nos al timbre de casa, preguntarnos   que los atienden, seamos generosos
          ayudan a  preparar el corazón para   cómo estamos y, posiblemente, abra-  con su trabajo.
          afrontar un largo año.              zarnos.
            Como la poesía es el lenguaje del   Cuántos eldenses que están car-      “He querido volver sobre las losas
          corazón, voy a poner en mi boca unos   gando con una pesada cruz le pedi-  de la dormida iglesia de Santa
          versos de Rodolfo Guarinos, cuando   rán consuelo: enfermos, padres que   Ana,
          le dice a la Virgen de la Salud:    ven sufrir a sus hijos por algún mo-   a pedirte perdón y poner rosas”.
                                              tivo, quienes han perdido su trabajo,
            “Déjame proclamar con las cam-
          panas
            el gozo de tenerte aquí a mi lado;
            deja que, con mi valle arrodillado,
            de par en par te aclamen mis ven-
          tanas”.

            La Virgen de la Salud es una mujer
          joven, que lleva a su hijo en brazos, y
          nos invita a vivir cada día como un
          regalo recién estrenado; con sensa-
          tez de madre, nos  aconseja abrir los
          ojos para aprovechar el tiempo. Vida
          solo hay una.
            En septiembre la Virgen de la Sa-
          lud nos pide que disfrutemos de las
          cosas sencillas porque son las que
          realmente nos hacen felices: los mo-

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