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Una devoción a través 8
de los siglos 1
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Sandra Pérez García 2
En el corazón de nuestra ciudad reside la ermita de San Antón, antigua mezquita de la comunidad
islámica de Elda. A lo largo del siglo XVIII la devoción por San Antón crece en nuestra ciudad
y el culto a su figura se va haciendo más popular, por lo que nuestro patrón ha estado ligado
históricamente a muchos de los lugares de nuestra villa.
Tras la Guerra Civil, la Mayordomía de San Antón comienza su tarea de recuperación del culto y
de las fiestas en honor al Santo. En 1941 llega la actual imagen de San Antón a Elda, esculpida
en el taller del escultor valenciano Pío Mollar. También durante la posguerra se refuerza el
vínculo tradicional que existía históricamente entre las fiestas de Moros y Cristianos y las de
San Antón, al menos desde el siglo XIX, y el santo ermitaño se convierte en patrón de los Moros
y Cristianos de la ciudad. En 1950 se inaugura la nueva y actual ermita, un espacio religioso y
festero clave en la actualidad.
l próximo año se conmemora desconoce la fecha aproximada del ilustre Don Emilio Castelar, el que
el 75 aniversario de la recupe- comienzo de estas fiestas por la fal- nos acercó al comienzo de la verda-
ración de nuestras queridas ta de documentación en los archi- dera Fiesta de Moros y Cristianos,
fiestas de Moros y Cristianos, vos municipales y parroquiales, sin por lo que calculamos que fue en tor-
Emuy populares en el levante embargo siempre existe algún per- no al 1838.
español. sonaje que, a través de sus escritos, Alrededor de 1838-1840, cuando
Poco podían imaginar los pione- nos alumbra dentro de esas épocas Elda todavía era un pequeño pueblo
ros de la fiesta de Moros y Cristianos de enorme oscuridad. En Elda fue el agrícola, ya empiezan a surgir los
de Elda, el papel y la importancia
que iba a tener esta celebración en
nuestra ciudad 75 años después. Es
evidente la dimensión que ha adqui-
rido esta fiesta en la vida de Elda, se
ha convertido en algo más que una
manifestación del folklore popular.
Es un auténtico referente y fenómeno
local, ya que una de las grandezas de
la fiesta es su capacidad de aglutinar e
integrar a todo un sinfín de personas
a lo largo del año festero, por eso me
interesa subrayar las posibilidades de
enriquecimiento mutuo que existen MISCELÁNEA
entre el mundo de la fiesta y el patri-
monio histórico y cultural de Elda.
En nuestra ciudad, al igual que
en la mayoría de las poblaciones, se
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