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cho, es aquel a quien alude El Seráfico agonizante en
un verso:
“...En contra la Parca lucho
Porque me ha dicho el Perucho
A su corto parecer
Que pronto me voy a ver
En manos del Picahucho.
Picahucho era el enterrador de Elda.
También alude el poeta al padre de Perucho, escribano.
Empieza diciendo:
Murió el padre de Perucho
Y termina con un rotundo:
Que en mi corte celestial
No entra ningún escribano.
La mujer de la izquierda es mi bisabuela, Francisca Poma-
En una ocasión, estaba enseñando fotos familiares anti- res, ataviada con las sayas de la época y ceñida con un
guas a mi primo-hermano, Rodolfo Amat, cuando apare- delantal que servía para llevar los bolsillos repletos, pro-
ció esta. Él, que es un apasionado de la historia de nues- teger la ropa, incluso para extenderlo con las manos y re-
tro pueblo en general y de nuestra familia en particular, coger golosinas en las celebraciones donde se echaban
me hizo un sinfín de preguntas sobre la identidad de las al aire... A su lado su hijo Tomás. En el centro mi abuelo
personas que aparecen en ella, así como detalles de sus Pedro Amat Pomares, vistiendo una especie de guarda-
vidas, animándome a que lo pusiera por escrito y lo en- polvo que usaba como aprendiz de zapatero. Andando el
viara a la redacción de Alborada. No sé si será de interés tiempo tuvo su propio “tallerico”, más tarde una fábrica de
para alguien pero aquí está lo que sé de ella. zapatos y botas “de dieciocho botones”, al lado de lo que
fue el Hotel Sandalio, fábrica que vendió para socorrer a
Está tomada alrededor de 1895 -tiene por lo tanto algo así su amigo Hipólito Juan, fabricante de muebles,acosado
como 120 años- en el patio de una casa humilde, como por una hipoteca. Entró en sociedad con él. Más tarde,
tantas del casco antiguo de Elda. Concretamente en la se separaron y fundó su propia fábrica de muebles en lo
calle Linares, que comienza en la calle San Francisco (an- que hoy es la Huerta Nueva, cerca de la estación. Tenía
tigua calle del Fosar de la Iglesia). Hasta el año 1805 se una gran producción que exportaba vía ferrocarril. Formó
llamó “Calle del Comisario”, no sabemos si en referencia parte de la junta directiva de la Sociedad Anónima Elden-
a D. Juan Maestre, Presbítero y comisario del Santo Oficio se del Cinematógrafo X. A su muerte en 1932 se hicieron
de la Inquisición de Murcia o por el cargo de comisario del cargo de la fábrica sus hijos. Por poco tiempo, pues fue
Ayuntamiento encargado de supervisar las acequias de incautada en 1938 para instalar en ella los talleres de la
riego. La calle tomaría este nombre por la circunstancia Unión Naval de Levante para fabricar obuses y una autoa-
de que alguno de ellos viviera en la misma. A partir de metralladora, la UNL-35, que pasó, al acabar la guerra ci-
1932 pasó a llamarse Calle de D. Juan Vidal Vera hasta vil, del ejército republicano a Francia donde se usó contra
que en 1939 cambió a Calle de Santa Teresa de Jesús, los alemanes, quienes las requisaron y ya con los colores
pasando en 1948 a recuperar el nombre de D. Juan Vidal de la wermach fueron usadas en la campaña contra Rusia
que ostenta en la actualidad. En esta misma calle vivió donde se destruyeron las últimas unidades.
durante un tiempo Emilio Castelar antes de marchar a Ma-
drid en 1848. Finalmente, en el centro de la foto, con las manos de mi
abuelo apoyadas en los hombros, su hermana Isabel
La familia posa en un pequeño patio en el que podemos Amat. Apodada “La Golondrina” porque en un baile de
ver lo usual por aquel entonces: macetas, una tinaja para Carnaval se disfrazó como esa avecilla. En aquellos tiem-
almacenar agua, lebrillos, un gallinero al fondo y, en el pos de comadreo fácil (no existian los programas de tele-
centro, una elaborada jaula con pájaros que debía ser visión) le cantaron una coplilla:
muy estimada. La foto se tomó con ocasión de la marcha “Ya está el pájaro madre, puesto en la esquina // esperan-
a Cuba de la persona primera por la derecha, Juan José do que salga la golondrina”. También marchó a Cuba con
Amat Pomares, mi tío -abuelo. A su lado posa con gesto su marido, Eduardo García. Varios familiares más marcha-
autoritario mi bisabuelo, Pedro Amat, de oficio barbero- ron a la isla caribeña. Mi primo Rodolfo Amat, en uno de
sangrador, que eran algo así como “fontaneros de la sus viajes a Cuba, contactó con descendientes de ellos
salud”, pues además de arreglar barbas y pelo, sacaban en la ciudad de Cienfuegos. Y no me extiendo más. Esta
dientes y muelas, ponían ventosas y sanguijuelas y hasta es la pequeña historia que nos cuenta una amarillenta foto
trataban fracturas y luxaciones... De sobrenombre Peru- centenaria.
// imágenes con historia 29