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Un año sin ti 8
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os despertamos un lunes cercano a la Navidad ablar de José Joaquín Sarabia, mi amigo, es
con la triste e inesperada noticia, Joaquín Sa- hablar de una parte importante de mi vida.
rabia se había ido, nos dejaba para siempre. Con él compartí muy buenos momentos,
NNo podíamos creerlo y pronto los recuerdos de Hy pocos malos, dentro y fuera del entorno la- 0
momentos pasados con él iban llenando el vacío que boral. Porque más allá del trabajo, existía una amis-
dejaba. tad. En el trabajo, Joaquín, que es como muchos le
Ahora, cuando se va a cumplir un año de su muer- llamábamos, me enseñó a ponerme delante de una 2
te, un grupo de amigos queremos recordarle tal como cámara de televisión y a desenvolverme en un medio
era para nosotros. Entre todos hemos preparado un que hasta ese momento, hablo de finales de los no-
mosaico de momentos, cada uno según sus viven- ventas, yo desconocía. Vivimos muchos momentos
cias. Todos tuvimos una relación profesional con él, de diversión en el trabajo, a pesar de su semblante
que acabó convertida en amistad. serio y en ocasiones distante. Los dos nos reíamos
En estas páginas el lector encontrará solo algunas mucho con un humor sarcástico que ambos compar-
firmas, pero eso no quiere decir nada, pues detrás tíamos. Aún recuerdo el día que me llamó, tras mi
de ellas hay muchos más nombres que queremos se vuelta a televisión, y me dijo; “se me han saltado las
sientan identificados con las palabras que siguen. Al lágrimas cuando de nuevo te he visto en la tele, era
cumplirse un año sin su presencia seria y tranquila, como si te estuviese viendo por mi monitor y me has
Alborada nos ha parecido un buen medio para dedi- hecho llorar, capullo” Aún me emociono al recordar
carle este saludo cariñoso. esa llamada. Fuera del trabajo, compartimos fiestas,
Joaquín, amigo, tu huella ha quedado en noso- cumpleaños, largas noches, y varios viajes. Su pasión
tros de forma imborrable, por la lealtad y amistad por el camino de Santiago, hizo que su hermano Pe-
que con tu forma de ser supiste transmitirnos. dro, Alfonso, mi marido y yo, lo hiciésemos un año
Allá donde estés, un fuerte abrazo. con él…la experiencia fue maravillosa. Joaquín, y su
Juan Vera Gil cámara de video o fotos siempre colgada al cuello, es
lo que ahora nos da la posibilidad de recordar esos
viajes por varios lugares del mundo, como si de una
familia de titiriteros errantes se tratase, todos en
una furgoneta y durmiendo en una misma habita-
ción. ¡Qué bien lo hemos pasado y que duro se me
hace asumir que hace un año que te fuiste, amigo!.
Si algo le tengo que agradecer a Joaquín, no es
solo el haberme dado la posibilidad de conocer a una
gran persona, bonachón y aunque no lo crean, en
ocasiones cariñoso. Le tengo que agradecer el haber
podido conocer a una gran familia, la suya biológi-
ca, la familia Sarabia Gómez, por los que me quito el
sombrero, y su otra familia “Los Cruzados Mágicos”.
Pero especialmente, le agradezco, el haber podido
conocer a su hermano Pedro, al que me sigue unien-
do, a día de hoy, una gran amistad.
Gracias Joaquín, por todo, por el legado visual y
no visual que nos has dejado, por tu paciencia y lo
que aprendí junto a ti, por esa sonrisa picarona y por
haber podido tener a mi lado a una de las personas MISCELÁNEA
mas bondadosas que he conocido.
Antonio Cayuela
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