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LIBRO DE ORO                               o Martí-Font, entre otros, fueron también algunos
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                          Janie Maciá,  viuda de  Miguel Ángel  Esteve,
                          muestra toda la información que él fue recopi-  Durante los primeros años se embarcó también
                          lando durante años; recortes de prensa, catálo-  en una aventura paralela y  abrió una sala de
                          gos, fotografías y  los dos volúmenes más pre-  arte en Alicante “Amics” junto a su amigo José
                          ciados; los libros de firmas. En su interior puede   Miguel Poveda, un proyecto que abandonó por
                          verse desde las primeras rúbricas que dejaban   falta de tiempo. “Bajábamos a las inauguracio-
                          testimonio de su paso por la sala, hasta auténti-  nes, pero aquello fue imposible de llevar, no te-
                          cas obras de arte que posteriormente fueron es-  nía tiempo para tanta actividad”.
                          tampando en sus páginas. Dibujos y acuarelas,
                          en su mayoría, que aparecen acompañadas de    APRENDIZAJE
                          pequeñas historias de agradecimiento a Miguel
                          y Janie por la labor que desde Elda se realizaba   Janie habla de las tertulias con los artistas. “Des-
                          en la Sala Sorolla. Muestra de ello es la dedi-  pués de las inauguraciones nos íbamos a cenar
                          catoria que Gastón Castelló (legendario pintor   y más tarde se reunían aquí  en casa para hablar.
                          y muralista alicantino) estampa junto a un dibu-  A Miguel le encantaba conversar con los pintores
                          jo de dos hombres trabajando en un mural en   y las tertulias de arte se prolongaban hasta  altas
                          la que puede leerse: “A mi amigo Miguel Ángel   horas  de la madrugada.  Les preguntaba  sobre
                          reconocido por su labor en pro del Arte y por la   mil cosas,  siempre quería seguir aprendiendo.
                          digna presentación que, en Elda, ha hecho de mi   De tanto ver y oír críticas llegas a saber diferen-
                          obra. 8 de febrero de 1977”, fecha en la que se   ciar entre lo bueno y lo malo. Mis hijos también
                          llevó a cabo una exposición antológica del ar-  lo aprendieron, como otros tantos que pasaban
                          tista en Elda. Míticos como Peregil, que expuso   por la sala”.
                          en más de una ocasión, acuarelas del fabulo-
                          so Guillém Fresquet, desnudos de Barajas o de   La última exposición en Sorolla estuvo a cargo
                          Ibáñez, son parte de los dibujos que atesoran   de Miguel Ángel Esteve. Sus obras cerraron las
                          sus páginas en las que alguno, como Royo, ma-  puertas de la sala. Los tiempos habían cambia-
                          nifiestan también su amistad a Janie.      do y precisaba dedicarse enteramente a la pin-
                                                                     tura y a su negocio. “El rendimiento estaba en lo
                          La promoción de los artistas locales fue otra de   que aprendía y en el contacto con los pintores.
                          sus prioridades; Adela Sastre, Joaquín Laguna,   El ganar dinero jamás fue su meta. Él era feliz
                          Teresany, Juan Guill, Martínez Lázaro, Paco Es-  entre artistas. Su vida ha sido el arte”. Pendiente
                          teban, Maite Carpena o Carmen Castaño, son   en su haber quedó la escuela municipal de arte
                          algunos de los nombre de los artistas que col-  en Elda. “La puso en marcha en Sax, pero aquí
                          garon sus obras en las paredes de la sala. Los   no fue posible”.
                          hermanos Ibáñez, Eduardo y Alberto, Pedro
                          Picó, Sara Tato, Julia Valdés, Eduardo Lastres   Miguel Ángel Esteve falleció el 4 de diciembre
                                                                     de 2015. Este hombre inquieto y emprendedor
                                                                     se había licenciado en Bellas Artes y desde la
                                                                     década de los noventa se dedicó con intensi-
                                                                     dad a disfrutar de lo que había sido siempre su
                                                                     vocación; la pintura. Distinguido en numerosas
                                                                     ocasiones, su obra y su estilo habían ya conse-
                                                                     guido el merecido reconocimiento y su nombre
                                                                     figura  para  la  historia  en  varias  antologías  de
                                                                     pintores alicantinos. Su legado, al margen de
                                                                     su obra que podremos disfrutar siempre, fue el
                                                                     tiempo de aprendizaje que nos regaló a través
                                                                     de la sala de arte. Gracias Miguel Ángel.

                          Los libros atesoran auténticas joyas.







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