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ción epistolar entre Miguel y su padre, cuando intenciones de Miguel Ángel, se convirtió en una
de niño permaneció formándose en un colegio realidad y, ese mismo año, convocó el primer
interno. Los planes paternos no contemplaban concurso de pintura al aire libre para escola-
esta inclinación y Miguel seguiría los pasos de res. El marco fue la Plaza de Castelar y en esa
su padre al frente del negocio de las pieles pero primera cita se reunió a más de un centenar de
siempre atento a la cultura, lo que le llevaría a escolares cuyo premio consistía en visitar el Mu-
embarcarse en la aventura de Sorolla. Tras el fa- seo del Prado.
llecimiento de su progenitor, Miguel se matriculó
en Bellas Artes y terminó sus días como un reco- A la primera exposición de Gabriel Poveda -Mi-
nocido pintor y acuarelista. Su historia es la de guel Ángel había sido alumno suyo a los nueve
Sorolla, una sala que reunió a artistas y amantes años- le siguieron otras muchas. Miguel había
del arte durante muchos años, una relación que contactado con diferentes pintores que tenían ya
fue mucho más allá que una mera correspon- un nombre dentro del mundo del arte; María Ca-
dencia comercial. Su apoyo y estímulo en este rrera, Gloria Alcahud, Daniel Merino, Antogonza
tiempo fue su mujer, Janie Maciá, que recuerda y otros muchos, se dieron cita en la sala durante
los prolegómenos de la sala, con las visitas a los siguientes años. Comenzaba la Transición
otros espacios similares de Madrid o Barcelona en España y los aires de cambio se dejaban ver
en busca de artistas y la preocupación de Mi- también en las artes plásticas. La sala tenía un
guel por la cultura en su pueblo que le transmitía carácter comercial que no siempre se equilibra-
en sus cartas de novios. “Me escribía y me decía ba. “Miguel se quedaba con obra de los artistas”
que le preocupaba la cultura en su pueblo, que la la única forma de hacer rentable su paso por la
gente solo trabajaba y él siempre tuvo inquietud sala si la venta no se les daba bien. No obstante
por el arte, desde pequeño, cuando comenzó a algunos privilegiados tuvieron la oportunidad, y
pintar”. así lo hicieron, de colgar obras de destacados
artistas en las paredes de sus salones.
LOS SETENTA
Su apuesta personal por algún joven artista, le
El 20 de abril de 1974, cuando Miguel Ángel llevó también a asumir las tareas de mecenazgo.
contaba ya con 34 años, cuatro hijos y un nego- Las subastas de obra con fines humanitarios,
cio consolidado, abre sus puertas en Elda la pri- fue otra de las parcelas que asimismo se pusie-
mera sala de arte “con carácter privado” -según ron en marcha en la sala, que serviría en alguna
reza en el diario La Verdad de esa fecha- con la ocasión para debatir temas concretos.
exposición de un artista local; Gabriel Poveda.
El “propulsor” de la idea, Miguel Ángel Esteve, APUESTA POR LOS JÓVENES
declara al diario que “solo pretendo fomentar
en Elda la afición por la pintura. Por eso habrá La otra vertiente, la formativa y didáctica, seguía
concursos y numerosas actividades con fines desarrollándose de forma paralela al paso de
formativos y culturales”. Aquella declaración de los artistas. Los concursos se sucedieron duran-
Lectura del fallo del jurado en la Avda de Chapí. Janie Maciá repasa los recortes de prensa y el
Junto a Miguel están los pintores Pedro Picó, libro de oro de la sala.
Antogonza y Eduardo Lastres.
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